Se llama Albert Monrabà, tiene 30 años y es un buen amigo de Ongoing. Odia que le llamen turista y después de todo lo que nos ha contado, creemos que es el claro ejemplo de «viajero social»
Durante los últimos 3 años se ha dedicado a descubrir el mundo y diferentes culturas, viajando, trabajando en el extranjero y haciendo voluntariado. Uno de sus últimos viajes en el sudeste asiático coincidió con el tifón Yolanda en filipinas, y lo que era un viaje de exploración se convirtió en un voluntariado que le cambió la vida.
Al volver, Albert conoció a la Fundación Catalunya Voluntaria, y pudo seguir con su pasión, intercambiar experiencias con el resto del mundo.
¿Por qué decides hacer un curso de formación con Catalunya Voluntaria?
Navegando por Internet, buscando un voluntariado, conocí a la Fundación Catalunya Voluntaria y decidí ponerme en contacto con ellos. Visité su oficina en la Casa del Mar cerca de Paral·lel y desde el principio vi que podría ser interesante participar en alguno de sus programas. Llevaba un tiempo buscando y de verdad, cuesta mucho encontrar gente que quiera ayudar y que te lo ponga fácil.
Por motivos personales, no pude participar en ninguno de los programas de voluntariado, pero me ofrecieron los intercambios juveniles o cursos de formación, programas de corta duración en Europa.
¿En qué consistió tu experiencia?
La primera vez que participé en un programa de Catalunya voluntaria fue en el curso «Lead your Future» en Georgia, de dos semanas de duración. 30 jóvenes de 18 a 35 años, de 15 nacionalidades diferentes, convivimos en una casa rural durante 15 días para poner en práctica nuestras habilidades de liderazgo. La dinámica de trabajo se basó en la educación no formal, formación a través de actividades, con lo que aprendes participando y divirtiéndote.
Me sorprendió mucho la eficacia de este método de aprendizaje, muy distinto a lo que estamos acostumbrados.
¿Destacas alguna anécdota de tu experiencia?
Me di cuenta de que la cultura influye mucho en la manera de trabajar y de liderar equipos. Algo que me chocó fue que a la hora de elegir líderes para los grupos de trabajo, algunos países daban por hecho que debía ser un hombre. Al final del training, elegían mujeres para liderar sus equipos. Creo que de eso se trata, estas actitudes y pequeños cambios demuestran que funciona.
Y tú, ¿qué aprendiste de otras culturas?
Me di cuenta de que en otros países son mucho más conscientes de lo importante que es ayudar.
En un training nos preguntaban a qué nos queríamos dedicar, y un compañero de Armenia contestó, «Yo quiero ser voluntario».
¿Por qué recomendarías esta experiencia?
Al llegar a Georgia nos recogieron en una furgoneta y durante todo el camino nadie hablaba. El mismo camino de vuelta, en la misma furgoneta, no tuvo nada que ver. Nadie estaba callado, cantábamos, incluso se escapó alguna lágrima de despedida. Tengo amigos de 15 países diferentes y de los que he aprendido mucho en sólo dos semanas, creo que vale la pena vivirlo.
Catalunya Voluntaria es una fundación que ofrece a la sociedad catalana e internacional la oportunidad de conocer el mundo del voluntariado y de formar parte de ello a través de la participación en diferentes proyectos promovidos por la propia Fundación.
Pretenden contribuir a que las sociedades reconozcan el impacto positivo del compromiso solidario del voluntariado y valoren la importancia estratégica que este tiene en el desarrollo de las comunidades, como respuesta a las necesidades sociales.